Tu equilibrio está en tus manos, solo basta con que observes tu interior.
Si reflexionamos sobre nuestra vida, sobre lo que hacemos día con día, el tiempo y valor que le damos a cada actividad, nos daremos cuenta de que todo está desbalanceado, pues la mayoría de las veces le damos mayor importancia al área laboral antes que a nosotros mismos. Esto sucede porque crecimos con la idea de que trabajando mucho tendremos los medios para "disfrutar y ser felices", pero curiosamente viviendo bajo esta premisa difícilmente podremos tener el tiempo suficiente para gozar de nuestros esfuerzos y obviamente la felicidad resulta ser algo más complejo.
Ciertamente el dinero es un recurso valioso que nos permite tener acceso a diferentes bienes y servicios que hacen nuestra vida más sencilla, más cómoda y "placentera", pero el problema no es el dinero, ni el trabajo, sino la importancia que le damos a estas.
Es decir, nos centramos solo en un área de nuestra vida (laboral/económica) con la intención de balancear todo lo de más, pero se nos olvida que los seres humanos tenemos diferentes necesidades y que muchas de ellas no se pueden conseguir con dinero, por ejemplo nuestra necesidad de socializar, la necesidad de sentirnos amados, seguros, de saber que pertenecemos a un lugar o un sistema (familiar, social), el sentirnos aceptados, valiosos, entres otras cosas más.
Y como siempre lo he dicho, no podemos encontrar fuera de nosotros lo que no tenemos dentro, así que para encontrar ese equilibrio, para aprender a priorizar en nuestra vida, primero debemos entender que somos parte de diferentes sistemas o áreas de acción: personal, familiar, social, educativo, laborar, social y espiritual, y que cada una de ellas son importantes y valiosas para nosotros.
Pero primero debemos de iniciar con los procesos personales, así que el día de hoy voy a compartir contigo tres pilares que te incursionarán en el camino hacia el equilibrio, mismos que San Agustín resumió en una frase: "Conócete, acéptate, supérate", que en terapia se puede traducir como evaluación, intervención y seguimiento.
Conócete
Conocernos es un principio básico en nuestra vida, a través del autoconocimiento podemos identificar nuestros pensamientos, sentimientos y conductas, también podremos evaluar cada uno de estos para identificar los factores externos (sistema familiar, situación financiera, ambiente laboral, etc.) o internos (pensamientos, sentimientos, creencias o experiencias) que causan ciertas reacciones.
Acéptate
El siguiente paso es aceptarnos, reconocer como propios todos esos procesos internos, así como las reacciones que tenemos; para después poder intervenir a través de un plan de acción conformado por objetivos especificos que nos ayuden a mejorar esos aspectos que nos causan cierto grado de conflicto, a pulir nuestras áreas de oportunidad, reconocer todas nuestras herramientas, habilidades y recursos.
Supérate
Y por último, en esta fase es cuando se integran los resultados de la autoexploración y la aceptación, es decir aqui es donde se lleva acabo el plan de acción.
Para encontrar el equilibrio es necesario salir de nuestra zona de confort, hacernos responsables de nosotros mismos, comprometernos con nuestro proceso, aplicar estrategias diferentes, tomando siempre las medidas necesarias para mejorar nuestra relación con nosotros mismos y con los que nos rodean.
Existen muchos enfoques que nos prometen encontrar el equilibrio personal, cada uno de ellos tienen sus propias estrategias pero todos se basan en el trabajo personal. Es cierto que muchos factores externos influyen en nuestros procesos internos, pero solo tu podras decidir que tanta importancia le das y si vale la pena perder tu tranquilidad por dicha situación.
No es tu función hacer felices a los demás. Tu función es mantenerte en equilibrio.
Comments